Ideal para la robótica y tecnología automotriz
Esta técnica puede aplicarse en campos que no se encuentren vinculados necesariamente a la prótesis artificial, ya sea desde la robótica hasta componentes en la industria, como la del automóvil o la aviación.
Los investigadores del MIT han desarrollado un sistema para producir fibras musculares de una manera simple y con un bajo presupuesto, siempre conservando las propiedades de flexión y extensión a lo largo de un ciclo extenso, y este material es la fibra de nylon.
Este nuevo enfoque radica en dar forma y calentar las fibras de una manera muy particular, aprovechando este material. Ya que el nylon posee una propiedad inusual que cuando se caliente se encoge en longitud, pero se expande en diámetro, lo que imita a la perfección la tarea de los músculos.
Retos por resolver
Sin embargo, no todo es fácil, ya que también se debe reconocer que este nuevo proceso debe enfrentar diversas dificultades a la hora de conseguir los resultados. Una de esas limitaciones es que este tipo de material después de calentarse y contraerse tarde un tiempo determinado para enfriarse.
La velocidad en la que se enfría puede ser un factor limitante; sin embargo, para solucionar esta limitante, los científicos descubrieron que al calentarlo por un solo lado de la fibra empieza a contraerse más rápido de lo que el calor puede llegar a penetrar el otro lado del material. De esta manera puede producir un movimiento de flexión en dicha fibra.
Es por esto que se necesita una combinación de ambas propiedades para así conseguir el efecto de contracción y relajación propio de los músculos naturales. El calor se consigue mediantes diversas fuentes, incluyendo las resistencia eléctricas, reacciones químicas o el uso de un rayo láser.
Sin embargo, los investigadores han demostrado que en estas condiciones las fibras de nylon alcanzan un ciclo de vida de unas 100.000 flexiones y una velocidad de hasta diecisiete ciclos por segundo.
La velocidad en la que se enfría puede ser un factor limitante; sin embargo, para solucionar esta limitante, los científicos descubrieron que al calentarlo por un solo lado de la fibra empieza a contraerse más rápido de lo que el calor puede llegar a penetrar el otro lado del material. De esta manera puede producir un movimiento de flexión en dicha fibra.
Es por esto que se necesita una combinación de ambas propiedades para así conseguir el efecto de contracción y relajación propio de los músculos naturales. El calor se consigue mediantes diversas fuentes, incluyendo las resistencia eléctricas, reacciones químicas o el uso de un rayo láser.
Sin embargo, los investigadores han demostrado que en estas condiciones las fibras de nylon alcanzan un ciclo de vida de unas 100.000 flexiones y una velocidad de hasta diecisiete ciclos por segundo.
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